VIDEOS QUE ME INSPIRAN

VIDEO PARA UNA GRAN MUJER!!!! -------------------------------------------------------- -------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Artistas peruanos se suman a la campaña contra el cambio climático Tck Tck Tck por invitación del MOCICC y Oxfam Internacional. Los líderes del mundo deben asumir en la Conferencia de Naciones Unidas de Copenhague compromisos para enfrentar el cambio climático y salvar la vida en la Tierra. Producción musical: MCD Producciones. Producción del videoclip: Maia Films. Adaptación del tema en español: Milagros Salazar y Cynthia Galicia. EL TIEMPO ES HOY--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

miércoles, 26 de agosto de 2009

CUENTO PARA FRANCISQUITO (EL DINOSAURIO PERDIDO)

_____________________________

EL DINOSAURIO PERDIDO

_____________________________


________________

Enrique Valdez
________________


Original de: Enrique Valdez Ruiz

Con amor para Francisquito Valdez Valderrama


Este cuentito lo hize en mis horas de descanzo en la academia pamer, me demore en escribirlo 3 meses, espero que les guste.


INDICE

LA AVENTURA COMIENZA ……………………………………… 8



LEO SIGUE LA PISTA …………………………………….. 11



ENCUENTROS INESPERADOS …………………………………….. 13



EL DINOSAURIO PERDIDO …………………………………….. 16



RETORNO FELIZ …………………………………….. 19



EL PAIS DE LOS DINOSAURIOS …………………………………….. 22


LA AVENTURA COMIENZA



Había una vez un pequeño e intrépido perrito Schnauzer
llamado Leo, el cual tenia por oficio andar por el mundo viajando,
conociendo y ayudando a resolver sus problemas a todos los
demás animales y personas que encontraba durante sus
recorridos.



En aquella ocasión Leo bajaba por un pintoresco camino de
herradura, saltando alegremente de piedra en piedra, para llegar
al pequeño pueblo que se veía al fondo aposentado en la ladera
de la montaña como una gallina blanca adormilada cuidando de
sus pollitos a la sombra de los numerosos árboles que lo
circundaban.



Brillaba el sol ya camino del ocaso en un cielo poblado de
algunas blancas y pequeñas nubes y soplaba una suave y cálida
brisa que refrescaba el suave pelambre gris de Leo.



Cuando llego Leo al poblado Leo se extraño de encontrar las
calles vacías de personas, pero si escuchaba una tenue algarabía a
lo lejos proveniente al parecer de la Plaza principal.



Leo continuo caminado hasta desembocar en la Plaza Principal
donde encontró reunidos a un gran número de personas adultas,
que parecían muy angustiados los cuales al hablar todos al mismo
tiempo, no le permitían a Leo entender que sucedía.



Entonces Leo se acerco a una señora que estaba un poco
alejada del grupo y lloraba en silencio.



Buenas Tardes Bella Señora, mi nombre es Leo – Saludo.

La mujer dejo de llorar un momento, miro sorprendida a Leo y
le contesto - Buenas Tardes Amable Perrito, mi nombre es Alicia.



Que les sucede, porque se encuentran todos tan agitados –
pregunto Leo.



Ay perrito, nos ha sucedido una terrible desgracia – empezó a
contar la Señora en medio de sentidos sollozos – imagínese que
para ganarnos nuestro sustento, todos nosotros salimos a trabajar
bien temprano, todos los días dejando a nuestros hijos reunidos
en la Plaza Principal del Pueblo para que jueguen y se entretengan
juntos, mientras volvemos en las horas de la tarde. Y ellos se
pasan el día cuidándose los unos a los otros muy contentos.



Pero hoy al regresar de nuestro trabajo, no los encontramos
por ninguna parte, han desaparecido y no sabemos qué hacer.



Ay perrito que va a ser de mi sin mi Juanito – dijo Alicia -. Solo
tiene 3 añitos.



Leo se acerco a la Señora y le dijo – No se preocupe déjeme
mirar, que de pronto yo puedo ayudarles.



Así que Leo desentendiéndose un momento de las demás
personas que continuaban lamentándose desesperadamente,
empezó a caminar por la Plaza del Pueblo y luego por las calles
adyacentes, mirando detenidamente a ver si encontraba alguna
pista de que podía haber sucedido.



De repente Leo observo que por una de las calles que venían
del Bosque hacia la Plaza principal aparecían unas enormes
huellas, que identifico como pertenecientes a un poderoso
Dinosaurio, el cual aparentemente había llegado hasta la Plaza.

Leo continuo su pesquisa con mayor diligencia hasta que más
adelante observo que las mismas huellas salían de la Plaza por
otra calle en dirección al Bosque.



Y con la singular astucia que lo distinguía, Leo se dio cuenta
que las huellas que salían de la Plaza hacia el Bosque, estaban
marcadas más profundamente en el Suelo que las huellas
anteriores; lo cual lo llevo a concluir que el Dinosaurio había salido
más pesado de la Plaza de lo que había entrado, es decir que el
enorme Dinosaurio había salido cargado con los niños hacia el
Bosque.



Inmediatamente Leo tomo la decisión de seguir las huellas,
para ver a donde había llevado el Dinosaurio a los pequeños.



Pero antes se acerco a la Señora y le dijo – Doña Alicia, voy a
dar una vuelta por los alrededores a ver qué encuentro, en cuanto
sepa algo más les aviso.



Doña Alicia le respondió – Gracias Perrito, cualquier cosa que
pueda hacer para recuperar a nuestros hijos se la agradeceremos
inmensamente.

LEO SIGUE LA PISTA



Sin dudar un instante Leo intrépidamente empezó a seguir las
huellas que descubrió, las cuales lo llevaron internarse en un
frondoso bosque el cual apenas dejaba pasar la luz del Sol.



Y Leo camino y camino, hasta que se hizo de noche y para
alumbrarse fue necesario que sacara de la maleta que siempre
llevaba colgada de su hombro izquierdo y apoyada en su cadera
derecha, una linterna.



Valiéndose de este medio de iluminación pudo seguir las
huellas durante varias horas, hasta que las huellas lo llevaron al
lugar más intrincado y solitario del bosque donde se adentraban
en un inmenso túnel que se perdía hacia el interior de una
enorme montaña.



Leo vacilo un momento pero luego respirando con decisión se
interno en el tenebroso túnel que penetraba la montaña y que
apenas iluminaba en parte su pequeña linterna.



Por fin a lo lejos Leo diviso un pequeño resplandor, entonces
apago su linterna para no delatarse, y continuo caminando a
oscuras apoyándose contra la pared del túnel acercándose cada
vez más a la luz.



Cuando llego a la fuente de Luz se encontró en una amplia
caverna, con el suelo cubierto de paja, en el centro una lámpara
ubicada sobre una piedra y con una gran cantidad de niños
tendidos alrededor aparentemente dormidos.



Al no ver a nadie más presente, Leo se acerco y examino a los
niños, dándose cuenta que en los labio de algunos había restos de
una planta que se usa para producir sueño.

Esto tranquilizo a Leo que tenía en su maleta una colección de
Plantas Medicinales, recogidas durante sus numerosas correrías,
una de las cuales era el antídoto para la Planta que la descomunal
bestia había empleado para dormir a los niños y poderlos traer
desde el pueblo.

ENCUENTROS INESPERADOS



Leo preparo las dosis del antídoto, la primera de las cuales la
suministro al niño mas grande, de aproximadamente 8 años, el
cual se despertó muy asustado pero Leo lo tranquilizo diciendo –
Calma, no tengas ningún temor, soy Leo el perrito aventurero,
que he logrado encontrarlos para hacerlos regresar con su Padres.



El niño lentamente se tranquilizo y le respondió – Gracias
perrito, lo ultimo recuerdo es que estábamos jugando cuando de
repente empezamos a sentir unos golpes fuertes que sacudían la
tierra provenientes del bosque y que se acercaban a la Plaza,
luego vimos asomar un monstruo inmenso que con un poderoso
rugido nos dejo paralizados de terror y luego seguramente me
desmaye, hasta ahora.



Si - dijo Leo - seguro todos se desmayaron del susto, pero
luego el monstruo les coloco en sus boquitas unas briznas de
hojas de una planta que produce sueño, para que permanecieran
dormidos mientras los traía a su guarida.



Pero yo tengo el antídoto, de esa manera te pude despertar, y
ahora necesito que me ayudes a ir despertando y tranquilizando a
todos tus compañeritos, suministrándoles las dosis que tengo
listas, primero a los mas grandecitos y luego a los mas
pequeñitos.



Esta labor les llevo algún tiempo, pero al cabo de una hora ya
estaban despiertos y tranquilos todos los 30 niños que resultaron
estar allí, confirmando que estaban todos completos.



Bueno Niños – dijo Leo – ahora escúchenme con atención, voy
a llevarlos de regreso con sus Padres, pero primero debemos salir

de aquí con seguridad, vamos a hacer una fila con los niños más
pequeños adelante y los mas grandecitos atrás, todos cogidos de
la mano.



Muy obedientes los niños cumplieron las instrucciones,
entonces Leo tomo de la mano al más pequeñito al cual pregunto
- Cual es tu nombre?



Juanito – respondió el niño.



Entonces eres el hijo de la Señora Alicia?



Si señor – respondió el niño – usted conoce a mi mamita?



Claro que si – dijo Leo – y muy pronto te encontraras con ella,
pero ahora debemos irnos de aquí, tomame muy fuerte de mi
mano y a tu ves toma de la mano a tu siguiente compañerito y
vámonos de aquí.



En marcha – ordeno Leo



Y empezaron a caminar alumbrados por la linterna de Leo y por
la lámpara del Dinosaurio que llevaba el último de los niños.



Tardaron más de dos horas en llegar a la entrada del túnel
porque tenían que acomodar el paso al de los niños más
pequeños, pero por fin cuando estaba despuntando el alba ya
estaban terminando de salir.



En ese momento se escucharon unos golpes tremendo sobre
la tierra y ruido de las ramas de los arboles que se rompían al paso
de un gigantesco animal.

Los niños empezaron a gritar asustados, pero Leo los
tranquilizo – Tranquilos Niños que aquí estoy yo para defenderlos
y no permitiré que nadie les haga daño.



De repente, se abrieron las ramas de los arboles más cercanos
y apareció la poderosa cabeza de un Tiranosaurios Rex, que dando
un poderoso rugido dijo – Quien eres tú y que haces con esos
niños que son de mi propiedad?

EL DINOSAURIO PERDIDO





Discúlpeme – dijo Leo, sin dejarse arredrar - pero esos niños
son de sus respectivos Padres quienes los están esperando muy
afligidos y preocupados en el Pueblo del cual tu los trajiste.



Nada de eso – rugió el Dinosaurio – cuando yo los encontré
estaban solos y me los traje para que me hicieran compañía
porque me siento muy solo, los pocos humanos que me han visto
huyen despavoridos y no me dejan acercarme para que me
conozcan y se den cuenta que soy inofensivo, yo esperaba
convencer a los niños de que no tienen por qué temerme.



Sus padres tienen que salir a trabajar para obtener su sustento
– explico Leo – por eso estaban solos durante unas horas al día,
pero eso no va a ocurrir de nuevo, porque yo les voy a aconsejar
una solución para que los niños tengan compañía y estén
permanentemente protegidos.



Pero – añadió Leo - se me hace raro que un Dinosaurio como
tu este tan lejos del país de los Dinosaurios que esta my pero muy
lejos de aquí, en la Selva impenetrable.



Es una historia muy larga – relato el Dinosaurio- solo recuerdo
estar muy pequeño jugando con otros amigos, cuando de repente
sentí que las enormes garras de un Pterodáctilo me apresaban y
luego me llevaban por el aire, por encima de las Montañas; luego
de mucho tiempo otro Pterodáctilo ataco al que me transportaba
para intentar arrebatarme de sus garras, enfrascándose en un
combate a raíz del cual me soltaron y caí y caí, hasta las copas de
estos frondosos árboles que amortiguaron mi caída.

Desde entonces – continuo el Dinosaurio - he vivido en esta
cueva que encontré, bebiendo agua de la fuente cercana y
alimentándome de los frutos del Bosque; completamente solo
porque no me atreví a ir a ninguna parte porque no conocía
ningún camino. Luego fueron llegando los humanos a talar árboles
y a recolectar frutos del bosque; pero los que me vieron huyeron
aterrorizados y no volvieron a acercarse por estos lados.



Hasta ayer que decidí buscar donde era que vivían ellos y fue
cuando encontré a estos niños solos y decidí traérmelos para que
me hicieran compañía, el resto ya lo conoces.



Pero entonces tu sabes dónde está el país de los Dinosaurios –
pregunto esperanzado el Dinosaurio -.



Claro que si – respondió Leo – en una muy accidentada
aventura logre llegar allá y créeme que no me quedaron ganas de
de volver.



Pero hagamos un Trato – propuso Leo – permíteme que yo
lleve estos niños junto a sus Padres y te prometo que regreso y
convenimos como puedo llevarte al País de los Dinosaurios, donde
seguramente tus padres y demás familiares te deben extrañar
mucho.



De acuerdo amiguito – dijo el Dinosaurio – pero dime cuál es tu
nombre.



Leo es mi nombre – le respondió el perrito aventurero- y el
tuyo.



Rexie, creo recordar – respondió el Dinosaurio.



Muy bien Rexie – concluyo Leo - Gracias, entonces me voy con
los niños y regreso en la noche, porque el camino es largo.



El Dinosaurio se aparto y dejo que Leo tomara camino del
poblado con su fila de chiquillos, ahora muy contentos de volver a
sus hogares.

RETORNO FELIZ



Tal y como lo pensaba Leo, la caminata les tomo todo el día,
con varias paradas de descanso para reponer fuerzas, tomar agua
de las fuentes del camino y comer de los frutos del Bosque.



Ya casi al ocaso, divisaron el pueblo y los niños caminaron mas
rápido para apresurarse a llegar lo más pronto posible.



En el pueblo estaban reunidos aun los habitantes quienes no
habían podido ir a trabajar ese día y ya estaban por perder las
esperanzas de recuperar a sus hijos.



Cuando de repente la Señora Alicia les dijo – Silencio, escuchen
me parece oír voces de niños provenientes del Bosque.



Todos guardaron silencio y prestaron atención y entonces
escucharon voces de niños aun lejanas que provenían del Bosque.



Son los niños – empezaron a gritar todos entusiasmados –
vamos a buscarlos.



Salieron a la carrera, con el corazón henchido de alegría y no
tardaron en divisar a Leo que venía al frente de la hilera de los
niños quienes venían cantando una tonada.



No tardaron en encontrarse y fue algo inenarrable las escenas
de abrazos, besos y caricias que se prodigaron todos Padres e
Hijos y las lágrimas de dicha que derramaron por el reencuentro.



Leo contemplaba complacido la escena, hasta que la Señora
Alicia lo vio y entonces dijo – Vecinos debemos dar gracias a Dios


que nos envió a este ángel en forma de perrito que nos recupero a
nuestros hijos.



Entonces Doña Alicia les conto a los vecinos como Leo había
llegado el día anterior y al enterarse de la situación se había dado
a la tarea de buscar y felizmente de encontrar y traer de regreso a
sus hijos.



Todos los Vecinos se acercaron, abrazaron y manifestaron su
agradecimiento para con Leo, poniéndose a la orden para lo que
se le ofreciera.



Solo hice lo que cualquiera – manifestó Leo – dar lo mejor de
mí para ayudar a quien este en problemas.



Por ahora – continúo Leo – debo regresar al Bosque a ayudar a
un amigo que también me necesita, ya los niños les contaran de
quien se trata, en otra ocasión regresare con más tiempo para
poder disfrutar de su compañía.



Pero antes de irme – concluyo Leo – les voy a dar un consejo
para que esto no les ocurra de nuevo. Pónganse de acuerdo entre
todos para destinar una casa para que allí puedan estar los niños
seguros y de ir a la ciudad a contratar unos profesores
especializados en atender niños, que se encarguen de cuidarlos y
enseñarles todas las cosas que a los niños les hacen falta, como a
escribir, a pintar, a jugar, cantar, a convivir en paz y alegría;
mientras ustedes se van tranquilos a trabajar con la seguridad de
que siempre van a encontrar a sus niños al retornar.



Muy buena idea – exclamaron todos – la vamos a llevar a cabo
de inmediato, lamentamos que no se pueda quedar, pero le
deseamos lo mejor y lo esperamos cuando quiera volver para
atenderlo como se merece.

Con su natural modestia Leo acepto los buenos deseos de los
habitantes y regreso al bosque en busca de su nuevo amigo.


EL PAIS DE LOS DINOSAURIOS



A Leo le tomo el resto de la tarde y parte de la noche llegar de
nuevo a la cueva donde lo esperaba ansiosamente su amigo Rexie
el Dinosaurio.



En cuanto Rexie olfateo que Leo se acercaba salió de la cueva a
esperarlo, y en cuanto lo vio se apresuro a recibirlo con grandes
muestras de afecto.



Leo que alegría verte de nuevo – manifestó Rexie – cuéntame
cómo vas a hacer para llevarme a mi País?



No te preocupes – respondió Leo – ya lo tengo pensado, pero
ahora déjame tomar agua, algún alimento y dormir lo que queda
de noche y parte del día, porque me encuentro agotado después
de todas las caminatas que me ha tocado hacer.



El viaje contigo – continuo Leo – lo emprenderemos mañana en la
noche, porque la idea es que viajemos de noche y descansemos
de Día, para que no vayas a asustar a los humanos que viven en el
trayecto.



No hallo la hora de partir – exclamo Rexie – pero yo también
necesito descansar, entonces que duermas y descanses muy bien
Leo.



Igualmente Rexie – dijo Leo.



Después de que Leo y Rexie comieron y saciaron su sed, se
lavaron muy bien los dientes, se pusieron sus piyamas, rezaron sus
oraciones y se acostaron sobre la paja de la Cueva de Rexie.



Estaban tan cansados que durmieron de un tirón y solo se
despertaron bien entrada la tarde, en cuanto se despertaron,
fueron a la fuente cercana a bañarse, luego comieron y se
sentaron a hacer su plan de viaje.



Leo saco de su maleta, una libreta de apuntes y un lápiz y sobre
una de las hojas trazo el bosquejo de un Mapa del recorrido hasta
el país de los Dinosaurios, y le explico a Rexie que el viaje les
llevaría aproximadamente 2 meses, viajando de noche evitando
los poblados y descansando de día.



Y para que nos rinda – comento Leo – Tú que eres más grande me
llevaras cargado en tus hombros, mientras estemos viajando.



Claro que si – respondió Rexie – será un placer.



Bien – dijo Leo mirando al cielo – ya esta anocheciendo, es hora
de partir.



Entonces Leo subió a los hombros de Rexie y lo fue guiando por la
ruta prevista.



De esta forma caminaron y caminaron, durante muchas muchas
noches, atravesando tupidas selvas y caudalosos ríos hasta que a
los 2 meses previstos llegaron al pie de unas inmensas montañas
que por lo altas y empinadas ningún ser humano había podido
traspasar.



Muy bien Rexie, hemos llegado – dijo Leo – detrás de estas
empinadas montañas se encuentra el país de los Dinosaurios.



Qué alegría – exclamo Rexie – pero como vamos a subir.



Yo conozco un camino – explico Leo - que es muy difícil para los
humanos, pero que para ti no va representar ningún problema
porque eres muy grande, entonces súbeme de nuevo a tus
hombros y subamos.



Entonces tal y como dijo Leo Rexie guiado por el pudo ascender
fácilmente por el camino, aunque les tomo todo un día llegar a la
cima.



En cuanto llegaron a la parte más alta de las montañas se diviso
un amplio y fértil valle que Rexie reconoció como su hogar.



Gracias Leo – dijo Rexie, con lagrimas de alegría en sus ojos – de
aquí en adelante ya puedo seguir solo y estoy seguro de poder
encontrar a mis padres y demás familiares, con los cuales voy a
vivir muy feliz, cuando puedas volver te espero para atenderte.



No creo que vuelva – replico Leo - porque la ruta que utilice
cuando encontré tu valle en una muy accidentada aventura ya no
existe, se derrumbo apenas logre salir, y la ruta que acabamos de
usar solo la puede usar alguien tan grande como tú.



Por eso – suplico Leo – voy a pedirte el favor de que me regreses
al pie de la montaña para poder seguir mi camino y luego tú
puedas volver a subir a quedarte con tu familia.



Trato hecho – dijo complacido Rexie – sube a mis hombros y
agárrate fuerte que ya te bajo.



Después de Bajar muy rápidamente porque Rexie ya conocía la
ruta llegaron al pie de la montaña donde Leo y Rexie se
despidieron con mucha nostalgia, pues se habían hecho muy
buenos amigos durante el viaje.

Leo – dijo alegre y compungido a la vez Rexie - nuevamente
muchas gracias por ayudarme, seguiré tu ejemplo de estar
pendiente de ayudar a todo el que pueda, y no te olvidare jamás.



Hasta luego Rexie – dijo Leo – que Dios te Bendiga, Ilumine y
Proteja por siempre.



De esta manera se despidieron los 2 amigos.



Rexie volvió a su país encontró a sus Padres y amigos compartió
con ellos las propuestas de Leo de crear unos sitios seguros para
los Dinosaurios Pequeños a cargo de unos mas grandes
especializados en cuidarlos y educarlos, mientras los demás
buscaban el sustento, y de esa forma vivieron felices y comieron
perdices.



Los habitantes del pueblo también hicieron caso de la propuesta
de Leo, crearon un Jardín Infantil a cargo de profesores sabios y
cariñosos quienes, protegieron y educaron a los niños en
adelante, para hacer de ellos ciudadanos de bien y lograr que
todos vivieran felices y comieran perdices.



En cuanto a Leo, tomo unos días de merecido descanso y luego
continúo con sus viajes y aventuras.

No hay comentarios:

BLOG REGISTRADO Y CERTIFICADO DE CALIDAD DE PLANETA PERU

PERU BLOG

GuiaBlog

certificado por
GuiaBlog
juegos

CONTACTAME

E-MAIL: evilbat007@hotmail.com

Telefono: 254 0800 / 3231364

Nextel: 101*5630
Celular: 981015630